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Alausí, un año y las promesas se las lleva el viento

por: Enver Basantes Moreno

Hoy la ciudad estaba triste, a pesar de que el clima estaba soleado, la tristeza se respiraba en el aire, aun cuando ha transcurrido un año el dolor sigue latente en cada habitante de este rincón de la provincia de Chimborazo, el dolor por los amigos, vecinos, familiares cuyas vidas quedaron sepultadas en lo que hoy conocemos como zona cero donde diez personas jamás fueron localizadas y que tras la declaración de camposanto parece haber santificado también el olvido y el desinterés.

Luego de un año de esta tragedia, nos quedan importantes lecciones, la solidaridad de los pueblos que inmediatamente prestaron su contingente para que en Alausí podamos salir adelante; pero también la indiferencia de autoridades indolentes que mantienen sin cumplir las promesas que hicieran en medio del dolor y el luto de las familias alauseñas.

Hasta ahora seguimos sin tener una vía de acceso adecuada, la vía E35 que integra a la sierra centro con el austro permanece cerrada y el ministerio del ramo poco o nada ha hecho para resolver esta situación que afecta no solamente a Alausí, los pasos alternos provisionales que han sido habilitados por las comunidades de Casual y Pueblo Viejo son una alternativa para quienes tenemos que movilizarnos desde y hacia el sur de la provincia de Chimborazo con todos los riesgos que significa pero que ante la falta de atención del gobierno es la única opción que nos queda.

Las casas para quienes fueron afectados por el movimiento en masa no existen, recién hoy, a doce meses de la tragedia, se colocó a manera de homenaje póstumo a las víctimas la primera piedra en unos terrenos que fueron aplanados hace un par de semanas mientras el clamor ciudadano es que no sea únicamente para las fotos sino que se concluya satisfactoriamente con la construcción de esta obra que busca de alguna manera remediar las pérdidas materiales, pero sobre todo dar una solución para quienes se han visto obligados a volver a sus predios en la zona cero con todo el riesgo que eso representa.

En medio del clima de tristeza se recordó la gran tragedia con un desfile y también se hicieron reconocimientos a las instituciones que participaron en la gestión de este desastre como los cuerpos de bomberos de ciudades vecinas y se rindió tributo a las víctimas del desastre y sus familias, pero Alausí sigue esperando que las autoridades nacionales dejen su indolencia y se cumplan los ofrecimientos que se hicieron hace un año.

Hoy Alausí parece recuperar la esperanza en medio de los recuerdos, al caminar por sus calles las sonrisas se mezclan con las miradas tristes, no es un día que pase desapercibido por los alauseños y alauseñas, quienes cuando elevan la vista hacia el norte aún pueden ver los escombros bajo los cuales quedaron sepultados sueños y anhelos de decenas de personas y que con el soplo del viento inundan de ilusión a quienes no pierden la esperanza de días mejores forjados por quienes siempre han trabajado por un Alausí próspero y que lejanos a las acciones de las autoridades indolentes seguirán soñando y trabajando por este pueblo mágico.

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